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viernes, 22 de agosto de 2014

Bombones de salmón.

Este aperitivo lo podemos encontrar por diferentes blogs, esta es nuestra versión.
Como su nombre indica, se trata de hacer un bombón de salmón relleno de queso, es muy sencillo y es más fácil seguir el paso a paso que explicarlo por escrito, pero lo intentaremos.



Ingredientes:
Salmón ahumado.
Queso Philadelphia o similar.
Cebolla.
Cubiteras de silicona.


Preparación: 
Empezamos por cortar un poco de cebolla en trocitos muy pequeños y pasarlos por el microondas (a nosotros nos gusta más así porque de esta forma la
cebolla pierde parte de su fuerza), escurrimos todo el agua que puedan soltar.



Mezclamos la cebolla con queso cremoso de untar (unas veces es light, otras no, en alguna ocasión ha sido con queso a las finas hierbas, según nos coge el día).


Tenemos que hacernos con unas cubiteras de hielo que tengan una forma que nos guste y que no sean demasiado grandes (se trata de poder comer el
"bombón" de un bocado), nosotros encontramos las que se ven en la foto, son como un cilindro con la punta redondeada.

A continuación untamos con un poco de aceite los huecos donde vamos a hacer los bombones (también vale con el spray que utilizamos en repostería para
que no se peguen los bizcochos a los moldes).

Cortamos el salmón en cuadraditos que nos permitan forrar el molde la cubitera, no importa si sobresale un poco por los bordes, ya que una vez
rellenos de queso lo doblaremos "cerrando el bombón".




Rellenamos con la mezcla de queso y cebolla los huecos de la cubitera (hasta casi el borde).



En los que ha sobrado salmón 
por fuera del hueco 
lo doblamos, en los que nos quedó más justo, cortamos un trocito de salmón y lo colocamos encima del queso cerrando el bombón.




Ya sólo nos queda congelarlos, una vez que estén hechos "piedras", son muy fáciles de sacar de la cubitera y podemos guardarlos congelados en una
bolsa o en un recipiente de plástico, sacando los que necesitemos cuando nos hagan falta.


A la hora de presentarlos en la mesa, hay que tener en cuenta que pueden necesitar alrededor de media hora para descongelarse y ser aptos para el consumo (dependerá del calor que haga), se pueden tomar de un bocado, los podemos poner encima de una tostadita, etc.


En esta ocasión lo decoramos con un poco de cebollino picado.


Buen provecho.



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